Aunque el país cuenta con más de 111 millones de hectáreas que podrían ser utilizadas para el agro, en la actualidad sólo cultivamos en 26 millones de ellas, ¿La razón? Falta de apoyo e inversión para que la nación pueda aprovechar otras 46 millones de hectáreas, claro está, sin afectar las zonas de reserva ambiental estipuladas.
Cultivos tradicionales como la chirimoya, anón, badea, chontaduro, madroño, níspero, papayuela, pomarosa, lima dulce, granada, guama, pepino de agua, motilón, cachafruto, piñuela y granada están desapareciendo en el país, según lo informó la Corporación colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia).
De acuerdo a los investigadores, al no ser tan comerciales las personas que se dedican a la siembra de estos, han optado por abandonarlos.
Además de estos frutales, desde Agrosavia algunos investigadores manifiestan que las papas nativas han ido desapareciendo por la comercialización de unas más populares.
¿Desde cuándo?
En 1990 el Gobierno emitió un Compes en el que aprobó la apertura económica del país y, según expertos, esa es una de las causas principales de la considerable disminución y hasta desaparición de muchos cultivos tradicionales.
Es por ello que 30 años después cultivos tradicionales como el trigo, maíz, cebada y soya se han desaparecido en más del 70 %. En el caso de la soya se pasó de 232 mil 140 toneladas producidas en 1990 a 62 mil 264 en 2017 y continúa la alerta.
Según expertos en los próximos 11 años los efectos del cambio climático provocarán una dramática reducción de cultivos en el país, lo que ocasionaría más desaparición de cultivos nativos así como la importación de más de 20 millones de toneladas de comida al año.
Para Víctor Manuel Núñez, investigador de Agrosavia, los ministerios de Educación y Agricultura, además de Colciencias, deberían embarcarse en una iniciativa seria hacia la exploración del rescate de especies olvidadas con gran valor social y ambiental.
Destacó que aumentar el número de hectáreas cultivadas provocaría la reducción del número de toneladas de comida que importamos anualmente, ayudaría a combatir el hambre, mejoraría la agroindustria y promovería el crecimiento económico del país.