Un Año de Resistencia: La Verdadera Historia Tras el Ataque Mediático en Mi Contra.

Cómo los Medios de Comunicación, Aliados del Poder, Intentaron Silenciar mi Activismo y Manipular la Opinión Pública.

Hace exactamente un año, me vi envuelto en una tormenta mediática sin precedentes, un ataque orquestado no solo contra mi persona, sino contra todo lo que represento: la voz de quienes se niegan a vivir de rodillas ante un sistema que perpetúa la opresión y la desigualdad. En aquel entonces, me enfrenté a Miguel Polo Polo, un hombre que usurpó la curul afro para defender los intereses de las élites blancas, traicionando la esencia de la representación que se le había confiado.

Lo que siguió fue un despliegue mediático con titulares llenos de veneno, difundidos hasta el cansancio por medios de comunicación al servicio del statu quo. El Tiempo, El Colombiano, Semana, Infobae, El País, Vanguardia, La Razón, Publimetro Colombia, RCN, Caracol, y Agencia Pi fueron algunos de los nombres que lideraron la ofensiva, replicando una y otra vez la noticia de que la Fiscalía había iniciado una investigación en mi contra, supuestamente por «ataques racistas» contra Polo Polo. Sin embargo, esta narrativa carecía de fundamento real y solo buscaba desacreditar mi activismo.

Estos medios, alineados con los intereses de las élites, no se tomaron el tiempo de cuestionar las razones detrás de mi confrontación con Polo Polo. No se preguntaron por qué un hombre, que supuestamente debería representar a las comunidades afrocolombianas, estaba defendiendo intereses que las perjudican. En lugar de eso, optaron por calumniar y distorsionar los hechos, presentándome como un agitador, un radical que debía ser silenciado a cualquier costo.

Pero lo que los medios no entendieron, o decidieron ignorar, es que mi lucha no es una lucha individual, sino colectiva. Mi activismo es el eco de millones de voces que han sido silenciadas durante demasiado tiempo, voces que exigen justicia, igualdad y dignidad. A lo largo de este año, he continuado con mi labor incansable, organizando, educando, y resistiendo frente a un sistema que busca oprimirnos. No me he dejado amedrentar por las amenazas judiciales ni por la manipulación mediática. He demostrado que no importa cuán poderosa sea la maquinaria de la desinformación, la verdad siempre encuentra su camino hacia la luz.

Es irónico que los mismos medios que se presentaron como defensores de la «democracia» y la «libertad de expresión» hayan intentado silenciarme, utilizando sus plataformas para manipular la opinión pública y desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrenta nuestro país. No se trataba de una acción judicial legítima, sino de un intento desesperado por parte del poder establecido para sofocar cualquier disidencia.

Los medios que me atacaron, afirmando que sería judicializado sin tener bases sólidas que demostraran lo afirmado, olvidaron que se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones. Los medios de comunicación deben informar de manera veraz e imparcial, y tienen una responsabilidad social que no puede ser ignorada. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad, equidad que en mi caso no existió. En lugar de aplicar este principio constitucional que prohíbe la censura, lo que ocurrió fue todo lo contrario. Ninguno de los anteriores, ni siquiera el llamado periodismo investigativo, fue capaz de acercarse a la Fiscalía para determinar la verdad. Se prestaron para reproducir el mensaje mediático de quien es la vergüenza de los afro e indígenas Miguel Polo Polo, en lugar de cumplir con su deber de informar de manera justa y objetiva.

Sin embargo, no he estado solo en esta batalla. A lo largo de estos años, he contado con el apoyo incondicional de compañeros y compañeras de lucha, de personas que, como yo, se niegan a aceptar la injusticia como norma. Juntos hemos trabajado para desenmascarar las mentiras, para mostrarle al país y al mundo que no nos dejaremos vencer.

Este año ha sido, para mí, una reafirmación de que la lucha continúa, y que no importa cuántos obstáculos nos pongan en el camino, no dejaremos de avanzar. Seguiremos denunciando a los malos legisladores, a los medios corruptos y a cualquier entidad que busque perpetuar la opresión. Mi compromiso con las causas justas no ha hecho más que fortalecerse, y no me detendré hasta que todos los colombianos puedan vivir en una sociedad verdaderamente libre y equitativa.

A los medios que me atacaron, que intentaron destruirme, les digo que no han ganado, todo lo contrario, cada vez están mas desprestigiados y desvirtuados, que de no recuperar el sentido social que deberían tener, seguirán viendo su decadencia, sintiendo el rechazo del pueblo colombiano.

A quienes siguen luchando, les digo que la resistencia continúa. Y a quienes están cansados de vivir de rodillas, les invito a unirse a esta lucha, porque juntos somos más fuertes, y juntos, lograremos el cambio que Colombia necesita.

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