Con seis votos a favor frente a tres en contra, la Corte Constitucional dio el sí definitivo al matrimonio igualitario, derrotando así la postura del magistrado Pretelt y de algunos congresistas de la República, quienes consideraban que tal decisión era competencia plena del Senado.
Hoy para poder casarse, las parejas del mismo sexo deberán seguir el mismo trámite que una pareja heterosexual, gracias a la concepción de la Corte de que los homosexuales también pueden constituir familia entre sí.
En ese orden de ideas, tal y como ocurre con sus símiles de diferente sexo, a las parejas homosexuales las cobijará el código civil en aquellos aspectos relacionados a la unión por vía del matrimonio.
Cabe aclarar, que a jueces y notarios se les negará la posibilidad de recurrir a la objeción de conciencia para celebrar este tipo de matrimonios, ya sea por cuestiones religiosas o morales, pues como servidores del Estado no tienen tal garantía.
Holanda, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, México, Suecia, Dinamarca, Argentina, Uruguay, Noruega y ahora Colombia, son los países que han legislado a favor de la comunidad Lgbti en torno al matrimonio del mismo sexo, otorgándoles igualdad de derechos con respecto a los heterosexuales.