Manuela y Luisa son una pareja gay que mantiene una relación sentimental y están casadas por lo civil. Recientemente lograron un hecho que para muchos tal vez resulte increíble pues consiguieron que su bebé fuera ungido con su primer sacramento por la iglesia católica.
En la partida de bautismo figura el nombre de ambas madres, aunque no fue tarea fácil para las mujeres ya que aunque en el registro civil del niño aparecen sus nombres, ninguna iglesia quería ponerlos.
Matías nació por inseminación artificial y aunque los principios de esta familia están basados en el catolicismo, estaban desistiendo de la idea de algún día poder bautizar a su hijo, pues muchas fueron las veces en las que les negaron éste derecho.
“En varias iglesias donde estuvimos nos decían que lo podíamos bautizar, pero que en la partida solo ponían el nombre de la madre gestante, pero no era justo porque las dos somos mamás y en el registro aparecemos como mamá 1 y mamá 2”, relató Manuela Gómez.
Por su parte, el delegado arzobispal de la arquidiócesis de Medellín explicó que en el bautismo del pequeño (llamado Matías) sólo varía su estatus legal, pues resaltó que “ninguna iglesia puede negar este sacramento a ninguna persona”. Sin embargo, con todo en la partida del menor solo aparecen los abuelos de la madre gestante.
El bautizo de Matías es un hito para las parejas del mismo sexo que tienen hijos y profesan la religión católica. Ahora Matías podrá cumplir con los otros sacramentos como primera comunión, confirmación y matrimonio.