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Esmeraldas en Ecuador, y el desastre ecológico del 2025

Es duro dejar mi casita botada allá, aunque el olor me afecte, por eso me vine con mi bebé que me ha caído enfermo bastante. Al decir estas palabras María Delgado de 23 años le transmite al medio de comunicación ecuatoriano Radio Pichincha, el pesar de verse enferma junto a su bebé de apenas 1 año de vida. 

Así inician las migraciones internas, la reorganización en albergues, las irritaciones oculares, diarreas, dolores de cabeza y picazón en el cuerpo, como algunas de las consecuencias que se viven en Quinindé, zona de la provincia de Esmeraldas en Ecuador, que sufrió uno de los mayores desastres ambientales considerados en la historia del país vecino.

El 13 de marzo de 2025 el crudo que recorría las tuberías del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) contaminó los ríos Viche y Caple, luego de una rotura, debido a un derrumbe, en un tramo que pasaba desde el recinto mirador en Quinindé, hacia el río que lleva el nombre de la provincia ecuatoriana afectada. El 25 de marzo Petroecuador confirmó que se derramaron 25 116 barriles de petróleo. Pensemos qué ha ocurrido a casi un mes del derrame.

Foto extraída de Internet, Esmeraldas, Ecuador.

Según el investigador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas, Eduardo Revolledo Monsalve, se califica este derrame de crudo como desastre ecológico. En entrevista a Radio Pichincha, el docente Revolledo mencionó que en los ríos Caple y Viche “ ya prácticamente no hay nada de vida, más que el petróleo que está circulando por ahí”. Solo por mencionar una parte de las graves consecuencias ecológicas.

Luego de una semana del desastre ambiental, aún la empresa Petroecuador no confirmaba la cantidad exacta de crudo derramado, pero algo sí sabemos, es que cinco cuerpos de agua han sido afectados. Además de la devastadora llegada del petróleo al “Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario del Río Muisne” el cual es el hogar de seis tipos de mangles. Lo que significa la afectación de más de 300 especies de la flora y fauna de esos espacios.

“Lo primero es entender la composición etno-demográfica de Esmeraldas, ahí está concentrada el 33 % de la comunidad negra y afroecuatoriana, además de las comunidades indígenas. Desde 1972 se llevan registros de derrames producto de la producción petrolera. Digo esto porque el racismo ambiental se expresa en que estas zonas son pensadas sin sus habitantes por tanto se construyen infraestructuras que contaminan como la refinería”.- afirma Ismael Bernal, sociólogo esmeraldeño y activista político antirracista, e inicia sus respuestas dadas a La Piragua con este enfoque para resaltar que es un territorio racializado. Y nos preguntamos ¿Dónde quedan las reparaciones programadas para el mantenimiento de esas infraestructuras?

Foto extraída de Internet, Esmeraldas, Ecuador

Han sido quinientas mil personas afectadas, y cuatro mil quinientas familias en situación de riesgo sin acceso al agua potable, sin atención médica y sin poder pescar, una de las actividades económicas que sostenían el territorio. De igual forma las plantaciones de cacao cercanas a los ríos contaminados quedaron inutilizables, así como los trabajos derivados de ellas, lo que debilita aún más la circulación de capital en la provincia.

 

La población ha quedado en dos sentidos vulnerada: primero porque no tienen soberanía alimentaria; y segundo porque no puede reproducir la vida económica– alerta Bernal luego de explicarnos la distribución de la flora y fauna del territorio y enfatizar en que la economía de la provincia tiene sus principales pilares los trabajos vinculados a los ríos, manglares y playas.

¿Qué opinan las personas?

Medios locales, creadoras/es de contenido, colectivos, universidades y usuarios/as por separado han dado cobertura a las situaciones concretas que viven las personas en las zonas afectadas. A través de sus perfiles personales la población en riesgo realiza un registro audiovisual de cómo se cometieron errores gubernamentales y estatales para la gestión de esta crisis humana y ecológica. El tardío pronunciamiento del gobierno y el aplazado plan de contención y mitigación de riesgos por parte de Petroecuador, la empresa responsable del ecocidio, además del silenciamiento y la desconexión de intereses referente a territorios como Esmeraldas, ampliaron las posibilidades de las altas consecuencias a corto, mediano y largo plazo en las vidas.

Foto extraída de Internet, Esmeraldas, Ecuador

Desde el colectivo Mujeres de Asfalto, Juanita C. Francis Bone, ha mencionado como parte de las voces que viven las consecuencias de este ecocidio/etnocidio que inició hace más de 10 días, cómo han tenido que salir las personas de las zonas más afectadas gracias al aire irrespirable de esos espacios.

“Estamos pidiendo agua, y nos mandan militares”, “tenemos dolores de cabeza y picazón en la piel”, “el olor es muy fuerte y duele la garganta”, “el olor se mete dentro de las casas” .

Estas han sido las frases más repetidas en las redes sociales por la población esmeraldeña. Cada una de las exigencias o críticas a la gestión gubernamental y estatal se fundamenta en la indignación de una población donde más del 50% de sus habitantes se identifican como afrodescendientes.

Colectivos como Esmeraldas Libre, Voz Afro, Mujeres de Asfalto o Addis Abeba en Ecuador catalogan la situación como racismo ambiental, debido a las sistemáticas formas de desgastar la esperanza de vida del territorio esmeraldeño. Por ejemplo, en el 2017 y 2023 ocurrieron dos accidentes que provocaron contaminación en ríos y playas, estos no son incidentes aislados, sino que resaltan la vulnerabilidad de la región de Esmeraldas ante los derrames de petróleo y la necesidad de mejorar la infraestructura y las medidas de prevención en la industria petrolera para evitar impactos ecológicos y sociales.

Si bien la Empresa Pública Mancomunada de Agua y Saneamiento de Esmeraldas (EPMAPSE) ha brindado agua a los cantones de Esmeraldas, Atacames y Ríoverde, el alcalde de dicho cantón, Vicko Villacís dijo a los medios nacionales que medio millón de personas serían afectadas. La escaces de agua, alimentos y medicinas hace que las calles tengan personas en constantes reclamos, y en paralelo militares que siguen órdenes “para controlar las situaciones”.

¿Consideran que las crisis humanas y ecológicas se resuelven con militares imponiendo el miedo de “no hablar”? ¿Dónde están las soluciones sistémicas para no solo rescatar el crudo vertido sino rescatar las vidas que sufrirán enfermedades respiratorias, digestivas y circulatorias?

Foto extraída de Internet, Esmeraldas, Ecuador

A partir del enfoque de Bernal, se necesita un informe completo, integral y detallado de los niveles de contaminación luego de este último derrame, debido a la sistematicidad histórica registrada  en la provincia de constantes sometimientos a los delitos ambientales que han quedado incompletas sus evaluaciones y verdaderos alcances a largo plazo.

Desde los movimientos sociales y ambientales se debe consolidar una agenda política donde se visibilice lo que pasa, posicionando el SOS ESMERALDAS, para buscar ayuda humanitaria a nivel nacional, regional e internacionalmente, para así tener líneas de activación ante estos procesos de debilitamiento del tejido social. – manifiesta el sociólogo.

El medio de comunicación digital ecuatoriano GK (GKillCity) durante los últimos días de marzo y los primeros días de abril de 2025 realizó un artículo explicativo y  resúmenes en sus cuentas oficiales en redes sociales, donde mostraba una cronología de los sucesos que ocurrieron y accionar de las entidades responsables ante dicho desastre ecológico. Para el 25 de marzo ya se conocía que se habían derramado 25.116 barriles de petróleo, lo que se traduce en 3.642 familias sin acceso a agua potable, 156 familias que perdieron sus casas y 2.645 personas recibieron atenciones médicas debido a las consecuencias de la contaminación de tal magnitud.

La cifra de kilómetros de ríos contaminados exceden los 80, provocando la paralización permanente de la pesca industrial o artesanal de 2732 pescadores. El crudo alcanzó a contaminar 9 playas del Ecuador, además de los animales muertos y afectados de las zonas a las que se ha expandido los fluidos de aguas contaminadas. Sin mencionar las visualizaciones de las consecuencias del derrame en los suelos de los territorios mencionados en un plazo de 5 o 10 años.

Colombia y su cercanía con Ecuador.

El día 16 de marzo, tres días después del desastre, en la sesión del Comité de Operaciones de Emergencia (COE)  Nacional, el Ministerio de Ambiente de Ecuador declaró  la emergencia ambiental de la provincia Esmeraldas, y proclamó el cierre de las playas “Las Palmas, Camarones y Las Piedras”. A las aguas colombianas no ha llegado el crudo alcanzó algunas de las playas de la costa pacífica ecuatoriana.  Teniendo en cuenta las fronteras marítimas que existen entre Colombia y Ecuador, la Capitanía de Puerto de Tumaco CP02 mantiene comunicación directa con la Capitanía de Puerto de Esmeraldas, para mantener la transparencia de lo que se realiza en el manejo de la emergencia en tiempo real. 

La Dirección General Marítima de Colombia (DIMAR) ofrecieron un informe resumido sobre el contacto que han mantenido la Autoridad Marítima de Ecuador y hasta el momento las autoridades del país están dando el manejo a la emergencia sobre los sectores de Playas las Palmas, Camarones y las Piedras, área circundante a la desembocadura de los río contaminados por Petroecuador. También advirtieron, en coordinación con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, que se trabajará para prevenir y contener la contaminación, a través de acciones regionales e internacionales. 

El geólogo Guillermo Camargo, profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia mencionaba en entrevista breve para La Piragua algunos métodos de remediación como son el uso de geotextiles y filtros para absorber el aceite, la aplicación de bacterias biorremediadoras para descomponer el crudo, o las aspiradoras industriales para recoger y filtrar los derrames. “Si el derrame es superficial, el tratamiento es más sencillo, pero si hay contaminación en acuíferos subterráneos, la solución es más compleja”, afirma el investigador. 

Foto extraída de Internet, Esmeraldas, Ecuador

 

Los pedidos de ayuda que realizan quienes viven en las zonas afectadas, y en general el  Ecuador, deben ser complementados por las políticas de integración regional. Lo que significa convocatorias entre organizaciones ambientales, ONGs, activismo comunitario y académico, universidades; para la organización de la provisión de suministros básicos como agua potable, alimentos no perecederos y kits de higiene.

Además de hacerle un llamado extensivo a los medios de comunicación de Colombia y la región, para la visibilización de un daño de tal magnitud para el medio ambiente en nuestro continente.

La tragedia del derrame de petróleo en Esmeraldas exige una respuesta inmediata y efectiva, en este contexto la ayuda de Colombia no solo es una oportunidad para aliviar el sufrimiento de las comunidades afectadas, sino también para reafirmar el compromiso regional con la protección del medio ambiente. Es fundamental que ambos países actúen con rapidez y determinación, uniendo esfuerzos para restaurar lo que se ha perdido y prevenir nuevos desastres. La cooperación bilateral no es solo una opción, sino una necesidad urgente para garantizar un futuro sostenible para todas las personas y el ecosistema.

Nota: La realización de este artículo es un llamado a las instituciones, organismos, colectivos o grupos de personas para articular ayudas de distintas maneras y que sean enviadas al hermano país, Ecuador. Debido a la magnitud del desastre ecológico, se consideró necesaria su redacción.

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