Durante la mañana de este viernes, 13 de diciembre, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, no aguantó y rompió en llanto en medio de la presentación de una relatoría sobre los hechos ocurridos entre el 9 y 10 de septiembre en la capital del país.
La mandataria capitalina en medio de su discursó pidió perdón, mientras las lágrimas corrían por su rostro y su discurso se centraba en rechazo a los funcionarios policiales que reprimieron a los jóvenes manifestantes e inclusos muchos son investigados por su presunta participación en la muerte de quienes salieron a las calles.
“Gracias por este informe, doloroso hasta el alma, pero necesario para salvaguardar y recomponer nuestra democracia. El dolor que nos causa confirmar lo que denunciamos desde el 10 de septiembre del año pasado es profundo es enorme, pero no es ni en un grado comparado al dolor que sientes y sentirán las víctimas de esta tragedia, sus familiares y amigos, a quienes una vez más ofrezco perdón por no haber podido prevenir que una tragedia semejante ocurriera”, manifestó con la voz entrecortada.
Todo el accionar en esas funestas noches se debió cuando los ciudadanos indignados salieron a protestar para exigir justicia por el asesinato de Javier Ordóñez en el sector Villa Luz, a manos de funcionarios policiales que lo torturaron.
“Lo ocurrido entre el 9 y el 11 de septiembre en la ciudad de Bogotá y en nuestro municipio vecino de Soacha fue una masacre policial contra jóvenes de nuestra ciudad en particular contra jóvenes humildes de nuestra ciudad. La inmensa mayoría jóvenes civiles, otros jóvenes que portaban un uniforme, todos ciudadanos que deben ser protegidos por las armas del Estado, por ese privilegio enorme que las democracia le conceden a sus autoridades que es tener el monopolio y el uso legítimo de la fuerza”, sostuvo la alcaldesa.
Según el informe, la acción violenta de los agentes de Policía se concentró en contra de los jóvenes de los sectores populares de Bogotá y Soacha.
Además, la relatoría documentó 14 asesinatos, lesiones de al menos 75 personas por arma de fuego, 43 por arma cortopunzante, 187 por otro tipo de lesiones y las heridas provocadas a al menos 216 miembros de la policía heridos. “La subordinación de la Policía a los alcaldes y gobernadores no es una realidad fáctica”, enfatiza el informe.
Sobre el uso indiscriminado de armas de fuego en estas jornadas por parte de policías, según la relatoría, estuvo determinado por “la falta de una orden expresa y jerárquica de no disparar, como parte de las funciones de supervisión y control de las autoridades civiles y policiales ante la evidencia de uso excesivo de la fuerza letal en varios puntos de la ciudad”.