El 31 de julio de cada año, significa para los católicos un día de júbilo, dado que es la fecha en la que se celebra el Día de San Ignacio de Loyola, considerado como el fundador de la Compañía de Jesús, considerada como los ‘Jesuitas’.
San Ignacio de Loyola es considerado también como el maestro de los discernimientos de espíritu y es además patrono de los ejercicios espirituales, de los retiros y de los soldados.
De acuerdo a lo dicho por el papa Juan Pablo II “Ignacio supo obedecer cuando, en pleno restablecimiento de sus heridas, la voz de Dios resonó con fuerza en su corazón. Fue sensible a la inspiración del Espíritu Santo”.
De sus obras más conocidas está el libro de “Ejercicios espirituales” cuyo método “guía al hombre por el camino de la propia abnegación y del dominio de los malos hábitos a las más altas cumbres de la contemplación y el amor divino”.